Actualmente considero a la computadora tanto como el internet como una de mis más grandes adicciones por no decir un mal hábito, y que sin la existencia de estas muy probablemente sería alguien mucho más productivo y más dedicado. Sin embargo, lo que escribo no es respecto a eso pero si tiene algo relacionado.
A mi siempre me gustó mucho el arte, expresarme de alguna manera. Ya sea dibujando cosas extrañas o creando cosas nuevas. Siempre tenía que estar expresando y plasmando mis ideas más locas de cualquier manera que se me ocurriera.
Esta etapa de mi vida fue bastante peculiar, yo me encontraba estudiando la preparatoria a los dieciséis o diecisiete años casi a la mitad de mi adolescencia. En la escuela me aburría demasiado, todo el tiempo me la pasaba dibujando u otra cosa que no tuviera nada que ver con las clases. Quizá como medio de escape o qué se yo.
Una de las cosas que más me gustaba dibujar era lo que imaginaba al escuchar música, como algún tipo de sinestesia. Pero un día el dibujo no fue suficiente, quise irme más allá, darle vida a lo que veía, movimiento. Y fue en ese entonces que comencé a interesarme por la animación y los medios audiovisuales como otra manera de expresión artística y a pesar de que no era muy bueno, experimentar con algunos programas en la computadora me parecía bastante entretenido.
Comencé editando vídeos que consideraba raros e interesantes, que fueran con estilo de lo que imaginaba. Les modificaba la velocidad y el orden hasta deshacer por completo el contenido original y crear uno totalmente nuevo. Los resultados eran interesantes y en ocasiones perturbadores lo cual me daba ganas de compartirlos con mis amigos. A ellos les gustaban.
Días después tuve una serie de pesadillas bastante extrañas que más tarde decidí plasmar editando un vídeo que por si solo era extraño. El sueño consistía en que yo me encontraba en mi habitación y una morsa aparecía de la nada ahí. Esta morsa poseía poderes de control mental y me obligaba a tocarle una canción con un violín o de lo contrario haría mi cabeza explotar con sus poderes.
Intenté buscar vídeos con algo parecido a lo que había soñado pero nunca encontré nada lo suficientemente bizarro. Hasta un día que una amiga me mostró un vídeo y este consistía en un travesti con polio que bailaba tap. No era parecido, pero si perturbador como aquella pesadilla.
El vídeo finalmente ya editado a mi me terminó pareciendo gracioso, así que el día siguiente lo compartí con mis amigos. Muchos de ellos no pudieron terminar de verlo. En gran parte creo que la combinación de imágenes y sonidos lograron representar muy bien lo que sentí en el sueño. Incluso superó mis expectativas.
El vídeo les gustó a todos y decidí subirlo a internet y lo bauticé como: “Obedece A La Morsa”. Pronto el vídeo se esparció de manera viral, llegó a tener miles de vistas en cuestión de días, convirtiéndose en un fenómeno de la noche a la mañana.
Muchos rumores rodearon el vídeo. Había quienes decían que tenía mensajes subliminales ya que dentro del audio se podían apreciar voces indistinguibles en reversa, sonidos irritables y cantos de niños. El vídeo en realidad no contenía nada de eso. Solamente eran pistas de audio deformadas en su totalidad lo mas que se pudiera. También se decía que el vídeo representaba a una secta de travestis en Tijuana…
El vídeo llegó a tener más de cinco millones de vistas en Youtube. Incluso llegó a salir en noticieros y Fue tal su éxito que al igual que gente que le gustó también hubo muchísima que lo odiaba.
Mi cuenta de Youtube se saturaba de mensajes nuevos al día, muchos me felicitaban por haber creado algo tan tenebroso y también hubo muchos otros que eran mensajes de odio o incluso de amenaza.
No pasó mucho tiempo hasta que alguien hackeara mi cuenta. Incluso publicaron un vídeo con toda mi información: Nombre real, ciudad donde vivía, escuela, edad, una fotografía mía e incluso mi número de teléfono. Por suerte nadie me hizo nada malo, sólo llegué a recibir llamadas de mucha gente. Fue muy molesto.